Los cambios tecnológicos tienen una fuerte incidencia en el sector del automóvil. Por este motivo, los vehículos deben responder al estilo de vida hiperconectado de los usuarios.
Ante estos cambios en los hábitos de consumo de los conductores, el sector debe tener en cuenta más que nunca que los vehículos, además de tener un buen diseño, ser seguros y eficientes, tienen que desarrollarse en función de las nuevas tecnologías y la conectividad.
En este contexto, el presidente de Volvo España, Germán López Madrid, vaticina que la conectividad generará en el año 2030 un incremento de los ingresos del 30%, lo que equivaldrá a 1,5 trillones de dólares (unos 1,3 billones de euros).
Estos nuevos modelos de negocio vienen impulsados por la movilidad compartida, los servicios de conectividad, así como por las actualizaciones de las distintas funciones que ofrezca el vehículo.
Si bien, en estos momentos la información que genera un vehículo se relaciona con la velocidad, el consumo y la geolocalización, las previsiones para este año apuntan que el sector de la automoción se convertirá en la segunda industria por generación de datos; lo que se denomina Big Data.
Formas del coche conectado
El primer tipo de coche conectado que se ha introducido en el mercado es aquel que se conecta a Internet a través otro dispositivo móvil, y permite a los pasajeros disfrutar de los servicios de la red.
Un segundo modelo de coche conectado es aquel que se conecta con otros vehículos sin intervención del conductor, y el tercero, el que se comunica con la infraestructura, también sin ayuda del conductor.
Gracias a la tecnología y Big data de los coches conectados, se estima que permitirán un ahorro de 80.000 millones para el año 2020, y de 110.000 para 2025, puesto que contribuirán a una conducción más eficiente, mejorando la circulación y permitiendo reducir los accidentes de tráfico.
A pesar de estas previsiones, queda mucho por hacer, debido a la falta de infraestructura compartida, ya que hay pocas plataformas de código abierto o el escaso control de los datos, entre otros retos que se deben superar.
Pero los fabricantes, universidades y administraciones ya se encuentran trabajando para que la integración de los vehículos con el resto de tecnologías móviles sea posible en un futuro no muy lejano.
Según un estudio de la corporación alemana SAP, revelaba que en 2016 habría 210 millones de vehículos conectados en el mundo, lo que convertiría el coche en la cuarta pantalla más utilizada.
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