La experiencia de usuario que proporciona el Smart Car y que demandan los consumidores representa un reto para todo el sector automovilístico. La sociedad exige poder disponer en su coche de la misma experiencia de conexión a servicios de Internet como la que encuentran en casa, en el trabajo o a través de sus dispositivos móviles.
El valor de la Smart Car Experience para el usuario
Pero el valor que aporta el Smart Car Experience al usuario no sólo reside en disponer de WiFi en el coche. Asegurar una conducción eficiente y segura, minimizando riesgos al volante o el ahorro son algunos de los aspectos que más valoran los conductores de vehículos, y que ya son una realidad gracias a la implantación de esta tecnología en los automóviles.
Además, nos encontramos con usuarios que, acostumbrados a recibir de las marcas de otros sectores; servicios personalizados y experiencias de consumo, demandan lo mismo del sector de la automoción.
No todos estos beneficios pueden ser cuantificables de la misma forma. Todo queda supeditado al valor que cada una de estas ventajas del Smart Car Experience tenga para el conductor, pero lo que es innegable es que aporta un gran valor a la experiencia de usuario.
El valor de la Smart Car Experience para las marcas
Todas estas experiencias tan apreciadas por el consumidor final también aportan valor a la marca. Al fin y al cabo, existe una fuerte correlación entre la satisfacción y la lealtad del cliente con la marca.
Además, la tecnología se ha convertido en un factor clave en la decisión de compra de un vehículo, convirtiéndose en el elemento más relevante para escoger una marca u otra. De esta manera, las marcas pueden ganar clientes y mantener a los actuales ofreciendo algo que no ofrece la competencia: un servicio que los clientes puedan apreciar y que sea relevante para ellos. Sin duda, el Smart Car Experience es un activo para la marca.
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